El principio del fin

Cambiaba su cara cuando la llamaban así, parecía incluso hasta que sonreía cuando se referían a ella como Kali, por lo que puedo recordar, hacía mil años que nadie la llamaba así.

Krü llevaba al servicio de la reina más de 2000 años, nadie había logrado llegar tan lejos en tan poco tiempo. Krü era a quien mandaba la reina cuando quería  exterminar haciendo sufrir a un planeta.


Fue el único que logró escapar de los Universales y encontró un planeta, lo suficientemente lejano y  lleno de seres primitivos, esclavos para mano de obra y fáciles de dominar.

Traer una nave a la Tierra, en la guerra contra los Universales salvando a la reina, había logrado ascender a Krü hasta ser la mano derecha de Divinidad.

Escondidos en este pestilente planeta nos intentábamos reagrupar desde hace más de 5000 años, su atmósfera era como un conservante para nosotros, lograba que no envejeciéramos y nos fortalecía.

Habíamos tenido que ayudar a evolucionar a esta raza de seres inferiores, para obtener la tecnología suficiente para poder regresar a nuestro planeta, al combate, pero cada siglo que pasaba veíamos las posibilidades que el tiempo nos había dado en nuestro forzoso retiro.

Unos tres mil Owlitas habíamos conquistado el planeta, nuestra forma diferente, aunque humanoide, nos había tenido apartados de los humanos al ser considerados Dioses.

Vivíamos hasta que alguien nos arrancaba la cabeza del cuerpo, teníamos la fuerza de diez humanos, nuestra piel era dura, los más fuertes eran los únicos que sobrevivían, porque la lucha a muerte era nuestro principal credo, la diferencia con el resto nuestro honor, quizá por eso estábamos en guerra contra todos, en especial contra los Universales.

Eran los únicos que una y otra vez se interponían en nuestras victorias. Mexkaäl era un general que Divinidad enviaba a la Tierra para comenzar con la fase de exterminio si no daba resultado su plan.

Fuera cual fuera su plan, el exterminio de los humanos estaba siempre asegurado.

-Mexkaäl, últimamente observo que estás distraído, sabes que me gusta saber qué logra abstraeros de ese modo, dijo la reina.

Divinidad, la opción de enfrentar a los gobiernos para crear un conflicto entre naciones no está dando los resultados mínimos requeridos. Las sociedades se reprimen demasiado y se revelan.

Puede haber un colapso, porque todas las instituciones del planeta están bajo sospecha. Incluso se han detectado intrusiones en el informe réplicas alienígenas, con una copia hacia fuera del sistema, en referencia a su extraño comportamiento.

La carga de memoria es aún insuficiente, porque solamente consta de los dos últimos años...

Mexkaäl, ¿Hay algún problema?.
-No Divinidad, todo sigue su curso tal y como está planeado.
-Bien Mexkaäl, quiero que prepares el viruapocalipsis. Si todo falla quiero un exterminio parcial, que queden suficientes seres para poder continuar el trabajo.

-Sí Divinidad.

A Mexkaäl nunca le había gustado la reina, era la mano derecha del rey y el rey confió lo que más quería a su cuidado, eso pasaba por tener que estar bajo la influencia de la reina, más le valía tener cuidado, si por algo era conocida la reina, era por su sin piedad y siempre terrible y cruel venganza.

La reina abandona el salón principal acompañada de Krü mientras le hace una seña, no quiero que le pierdas de vista, es la seña que siempre le hace a Krü cuando desconfía de alguien.

Sin decir nada Krü se separa de la reina y desaparece entre las sombras.